AQUÍ VIVO, AQUÍ
TRABAJO, AQUÍ VOTO, AQUÍ LUCHO
Miles de trabajadores de países vecinos; jóvenes, adultos
y familias completas se encuentran hoy viviendo en muchas ciudades de
Chile. Personas que se han visto obligados en la mayoría de los casos a tener
que abandonar sus tierras de origen para buscar mejores oportunidades
laborales. Para ellos y también para sus familiares que se quedaron allá lejos.
La migración no es un fenómeno nuevo en nuestro país, de hecho desde el
principio se ha estado bajo una constante ola inmigratoria en distintas zonas
del país. Desde las invasiones y migraciones prehispánicas, la
invasión española, el asentamiento de colonos europeos que hizo el Estado
chileno para quitar las tierras a los pueblos indígenas del sur, los refugiados
de guerras mundiales o dictaduras en Europa, etc. Todo el siglo pasado
estuvo marcado por el movimiento forzado de personas desde otras latitudes,
también desde Chile muchas fueron las personas que debieron salir al exilio
después del golpe militar del 73. Aunque también un buen número de
trabajadores enfrentaron el exilio económico, ese que obligo a mucho a viajar
por ejemplo a Argentina en los años 70 buscando mejores niveles de vida.
Esto último es lo que enfrentan la mayoría de los
trabajadores inmigrantes que hoy viven y trabajan en el país. Peruanos,
colombianos, ecuatorianos, argentinos, y una gran cantidad de personas de
muchos países principalmente de Latinoamérica están conformando una ola migratoria
que sin duda cambiará la cara de este país. Una de las características
fundamentales del trabajador inmigrante es que en su gran mayoría vive en
pésimas condiciones habitacionales debido a que una de sus premisas es enviar
ingresos a su país de origen, lo que lo obliga a tener que vivir hacinados en
piezas de casas donde habitan decenas de familias y en donde por lo general
existe un solo baño y a veces una cocina común. El problema de la
habitación es un problema grave para miles de trabajadores extranjero pero
también para muchos trabajadores de otras regiones del país que deben venir a
trabajar a Santiago. Los problemas de vivienda y por lo tanto de
convivencia son sin duda problemas que los trabajadores en general y los
inmigrantes en particular tienen derecho a reclamar.
Los municipios deben hacerse cargo de estos y otros
problemas fundamentales que afectan a tantos trabajadores que viven en dichas
comunas. Santiago, Recoleta, Independencia, Estación Central, etc. son
municipios en donde viven muchos trabajadores inmigrantes que precisan de apoyo
y de soluciones al problema de vivienda, de cobertura en salud, educación y
también de buen trato por parte de la comunidad.
En el ámbito laboral es bien sabido que los
empresarios y empleadores se aprovechan de la condición de extranjeros de
muchos trabajadores y no les pagan ni siquiera el sueldo mínimo y los explotan
más que al resto de los chilenos. Hace poco tiempo atrás se levanto una
gran polémica por la forma en que las burguesas del exclusivo barrio de
Chicureo tratan a las trabajadoras del servicio domestico en sus barrios, en
esa ocasión las afectadas eran trabajadoras chilenas, pues bien, el trato que
las viejas burguesas dan a las trabajadoras extranjeras es el doble de humillante
y por la mitad de un sueldo mínimo.
Todos los trabajadores tienen derechos, los trabajadores
inmigrantes también los tienen, pero no basta con declararlo, es necesario que
el inmigrante se organice y participe para hacer valer y exigir sus derechos
junto al resto de los trabajadores locales, como hermanos de clase y sin las
divisiones que crean los empresarios que siempre van a ganar mientras nos
mantengamos luchando separados.
Trabajador inmigrante; si vives y trabajas acá también
tienes derecho a participar en todas la instancias de la comuna donde habitas
y, sobre todo, el deber de luchar por tus derechos.
Andrés Roman
Socialismo Revolucionario
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