Por: Otto Van Der Velde Q.
En los días previos
al l1 de abril el partido revolucionario de los trabajadores había
tomado algunas previsiones en vista de las informaciones recibidas. Ocurridos
los sangrientos hechos del 11 de abril protagonizada por la derecha y sus
aliados imperialistas, se reúne el Secretariado del Partido el día l2, revisa
el nuevo escenario político y ante la peligrosa situación creada por el
reaccionario golpe de abril, traza la línea de pasar a la actividad
clandestina.
En dirección de esa
tarea, el organismo hace los enlaces necesarios con la Dirección Nacional y las
direcciones regionales de Caracas, Miranda, Aragua, Portuguesa, Bolívar y
Anzoátegui, establece contactos con otros equipos políticos del interior, busca
el enlace de aliados y activistas comunales. La organización prepara su pase a
la movilización clandestina.
A las primeras horas
del día l3, el Secretariado del Partido hace un nuevo diagnostico de la
situación a raíz del desastroso y estúpido discurso del dirigente fedecamarista
Carmona Estanga y las contradicciones interna de los golpistas. Se constata
entonces un brusco cambio de la correlación de fuerzas, que aumenta segundo a
segundo con la presión popular desde los barrios del Valle, Petare y algunas
otras parroquias caraqueñas. Se movilizan las masas y los círculos del partido
en Maracay y Portuguesa.
De inmediato nos
comunicamos con la concentración organizada en la Redoma de Petare por el
equipo mirandino del camarada Lenin M, Malet y los cuadros revolucionario del
Partido en la región Caracas. Entre otros se concentran los camaradas Carlos
Mirabal, Manuel Ureña, William, Iván, María, Néstor, Carlos, Vilma, Luis,
Deyanira, Marilú, Vilma, Carlos, Carmen y el suscrito.
A las l0 am, unas
l000 personas entre activistas políticos, obreros y comunidades nos habíamos ya
concentrado en el sitio, los alrededores de La Redoma de Petare. Se presenta
allí una polemica con un pequeño grupo de activistas del PPT que proponían
dirigir la concentración a la toma del canal 8, pero la jefatura de la marcha,
la base del MVR y los camaradas del PRT en su seno, deciden el destino de ella:
Miraflores, para reforzar las acciones y derrotar la parte central del cruento
golpe cívico militar organizado por la “Coordinadora Democrática”, cuyo filo
represivo apuntaba desde el primer momento no solo contra el Presidente y unos
cuantos funcionarios gubernamentales, sino ferozmente contra los socialistas,
los camaradas cubanos y las corrientes mas activos del proceso revolucionario
en las comunidades y sindicatos. Era imprescindible pues, cortarle el paso a la
Coordinadora Democrática, a la Embajada Norteamericana y la banca española, que
movían los hilos del golpe de Fedecámaras-Venencham y sus aliados de Primero Justicia
y el Episcopado. Hacerlos antes que estos consolidaran el “push” cívico
militar, provocando el anunciado baño de sangre.
1l y media del dia 13
de abril. Se pone en marcha el piquete de la columna a la que espera el
peligroso recorrido de atravesar Caracas con un golpetazo militar de derecha en
pleno desarrollo, salpicado de centenas de allanamientos y a asesinatos a
sangre fría. El terror de la derecha en acción.Sin duda una situación incierta.
En el transcurso de los sucesos del dia 11 y 12, llama la atención la ausencia
de orientación, información e incluso de presencia y dirección de calle de la
mayoría de los altos jefes del gobierno, del MVR y la coalición de los partidos
de gobierno. No poco de ellos entre otros Luis Miquelena, Alfredo Peña y su
gente ya “habían saltado la talanquera”, igualmente que una cantidad de
oficiales del alto mando y del Estado Mayor de la Defensa. Los primeros son
inmediatamente remplazados por dirigentes comunales y obreros; los segundos por
soldados y algunos oficiales medios que se suman al movimiento de masas.
En primera fila de la
columna de Petare, los socialistas convocan a la lucha y la ofensiva de calle.
A su paso en ellargo recorrido, la propia marcha y la agitación popular atraen
como imán a miles de personas, que bajande cerros y barriadas dispuestas
a todo. Se levanta entonces un verdadero rio humano, que viene de Maca, Campo
Rico, La línea, Carpintero, la bombilla, Recreo, Chapellín, de Quebrada el
Carmen, Santa Rosa y Sarría. Las masas engrosan la columna.
A la altura de Chacao
la movilización se topa con la Metropolitana y las apertrechadas policías de
los golpistas Leopoldo López, Julio Borge y Capriles Radonski, que armada hasta
los dientes (incluyendo una bazooka anti-tanque) y en línea de combate, cierran
el paso a la crecida masa humana.
Se abre un momento de
intensa tensión entre los manifestantes y las fuerzas represivas del golpe. La
jefatura de la marcha-que en ese momento ya sumaba decenas de miles de
manifestantes- da la orden de avanzar y romper el cerco de la feroz policía golpista. Antes la firme decisión
popular la fuerza represiva se amedrenta y echa a un lado, soportando entonces
los insultos y desafíos del pueblo enardecido que ya a nada temía.
No menos de 25 mil
marchistas llegaron alrededor de las 2 pm, a Miraflores. La situación en Maracay era
similar a Caracas, según los informes telefónicos de los camaradas Alexander,
Manuel, Aldo y Ángel, desde algunos cuarteles que ya habían sido ocupados por
la insurrección popular y los soldados patriotas. El resto es historia
conocida: la coalición golpista de derecha es fulminado in situ por la
insurrección política de masas.
A una década de
aquellos apasionantes sucesos de abril y a la expectativa de nuevos sucesos en
el 2012, es conveniente anotar algunas experiencias que seguramente nos
resultaran de gran utilidad ahora:
(1)Una vez más quedó demostrado que
pueblo situmba y repone gobiernos. Que este proceso
–incluso la propia vida del presidente Chávez- se salvó en primer
lugar gracias a la valentía y decisión del pueblo
venezolano, que pasó por encima no solo de la derecha terrorista y sus
esbirros, sino también de los vacilantes, fanfarrones y traidores civiles o
militares enchufados en el propio proceso, que traicionaron o dejaron el pelero
antes que sonaran los primeros tiros.
(2) Que las masas
insurreccionadas aceleran minuto a minuto la descomposición de las fuerzas
enemigas, toman conciencia y preparan las suyas para llevar hasta el final la
lucha política, disponiendo todas sus reservas de combate. Los sectores
populares, a pesar de las vacilaciones de importantes jefes civiles y militares
del chavismo en ese momento, se movilizaron para el enfrentamiento,
lo cual precipitó la fractura cívico-militar del golpe, animando la
posición asumida por un sector de militares patriotas, especialmente de soldados y clases que
en asambleas de base desconocieron a
sus mandos golpistas y vacilantes e hicieron armas al lado del pueblo,
negándole apoyo al golpe de Estado capitalista organizado por Fedecámaras, el
imperialismo norteamericano y el Opus Dei español.
(3)Que en efecto, las
condiciones insurreccionales maduran en cuestión de horas, pero se hace indispensable la
línea orgánica de mando partidista y las vanguardias de masas; igualmente una
estrategia firme para llevar a cabo el programa revolucionario concreto,
acertado y claro, capaz de concentrar la insurrección popular en sus objetivos
centrales, lanzando la insurrección al poder político. Lo cual objetivamente
(más no subjetivamente) estuvo muy cerca el l3 de abril, quedando inconcluso el
importante levantamiento precisamente por la ausencia de los factores
mencionados arriba. De hecho, las jornadas de abril-diciembre revelaron como
falsa e interesada la propaganda del liberalismo burgués y de algunos patriotas,
que para minimizar la actividad proletaria y socialista, se dedicaron al culto
del espontaneismo de masas, de los militares etc., tratando de minimizar el
protagonismo del pueblo y los revolucionarios.
La posibilidad de una
insurrección popular victoriosa. He aquí otra gran lección de la lucha de
clases en Venezuela con antecedentes en las jornadas del 58 y el 89. Lección útil también para
aquellos revolucionarios que anteponen el dogmatismo, el sectarismo, el
espíritu de grupo, el empirismo aventurero y un sin fin de prejuicios, a las
tareas de unificar el programa político de lucha con otras fuerzas, bloqueando
el frente revolucionario amplio y el crecimiento del partido proletario
unificado.
(4) Las jornadas del
l3 de abril y del 2 de diciembre del 2003 establecieron una profunda diferencia
con los sucesos populares de febrero del 89 en cuanto a una mayor madurez
política del pueblo, un menor sentido espontáneo de
lucha y el papel políticamente mas activo, jugado por las organizaciones revolucionarias y comunales, lo
que permitió concentrar los objetivos cívico-militares de la respuesta popular.
(5) Estos hechos
también demostraron que la fuerza motriz de nuestro proceso
revolucionario es la clase obrera y el poder
popular organizado de base.
Los suceso de abril y
de diciembre, que contaron -sobretodo estos últimos- con el activismo de la
clase obrera en función de las comunidades organizadas y de los grupos de
soldados patriotas sumados a la ofensiva popular- indican que las verdaderas
reservas del antiimperialismo y del socialismo en Venezuela están en las clases
y estamentos explotados, no en la alharaca del oportunismo electoral, de la
burocracia y el nacionalismo sólo de palabras. Tampoco están dichas reservas en los conciliadores y gente
acobardada ante las circunstancias de la lucha de clases
(6)Finalmente quedó
muy claro que las fuerzas populares deben comenzar aceleradamente un plan
miliciano de organización y preparación político-militar en todos
los terrenos y bajo su propia dirección, porque el capital
imperialista y la oligarquía local no duermen, aprovechan la insólita impunidad
existente, la falta de autoridad contra los enemigos del proceso e incluso la
complicidad de unos cuantos infiltrados, para volver a la carga. Pero así mismo
porque este proceso no se desenlazará favorable al pueblo, con reformas
capitalistas sino con medidas antiimperialistas y socialistas tanto en el
discurso como en los hechos.
UNETE LUCHA VENCEREMOS
Partido
Revolucionario del Trabajo (PRT)
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