Patricio
Guzmán
El
15 de septiembre se cumplen 3 años de la quiebra de Lehman Brothers, que marcó
un punto de inflexión en la crisis financiera que se había iniciado cuando se
transparentaron los no pagos masivos de las hipotecas subprimes, bautizadas
luego como ‘deudas tóxicas’. No pagos que a su vez tenían su origen en el
impacto recesivo de las alzas previas de los precios de la energía, que dejaron
sin capacidad de pago a los segmentos más precarios de la población
norteamericana que habían accedido a estos préstamos.
Las
autoridades que habían rescatado a Bear Steams, Merrill Lynch, Fanny y Freddie
entre otras, se negó a hacerlo con Lehman Brothers. La paradoja de un gobierno neoliberal
rescatando bancos con dinero público, o sea a cargo de los contribuyentes,
chocaba con una oposición cada vez mayor en sus propia filas, y en el congreso.
La idea era que no había razón para acudir en socorro de un banco que se había
comportado de manera irresponsable prestando dinero a manos llenas, y altas
tasas de interés, a gente que no tenía capacidad de pago. Aunque no nunca quedó claro por qué se negaron
a rescatar a Lehman Brothers, esa decisión marcó un antes y un después. La
crisis se agravó, mutó en recesión global, el EE.UU. El comercio internacional
cayó en un 43% y una profunda recesión mundial, bautizada como la Gran
Recesión. Por lo que desde entonces creció el consenso que dejar caer a Lehman
Brothers fue una mala decisión, y con ello se derrumbaron varios de los
paradigmas monetaristas, o neoliberales, como que debía dejarse a los mercados
funcionar con la menor intervención y control estatal, o que los mercados se auto
regulaban por si solos, y que los mercados no intervenidos eran la forma más
eficaz de asignación de recursos.
Desde
entonces las grandes economía evitaron lo peor solamente con intervenciones
masivas e inyecciones billonarias de dinero, así se salvaron grandes bancos y
empresas multinacionales con dinero de los contribuyentes. El Banco Central de
Estados Unidos, la FED o Reserva Federal,
y tras ella para mantener la relación de tipos de cambio, también el
Banco Central de China, pusieron en marcha los mecanismos para ampliar
sucesivamente la masa monetaria. Se suponía que esto impulsaría la
reactivación. Sin embargo, la afluencia de dinero barato estímulo también una
economía de ‘burbujas financieras’ y de deuda, mientras el mecanismo
multiplicador keynessiano que se espera de este tipo de política, en Estados
Unidos dio resultados frustrantes. La recuperación en Norteamérica y en Europa,
mantuvo los altos índices de desempleo.
Pero
la política económica contractiva preconizada en Europa, para reducir
aceleradamente el déficit fiscal y la deuda nacional, con chantajes francamente
brutales a países como Grecia, en lugar de reducir el problema lo ha agravado
con políticas recesivas que reducen la base impositiva y por tanto la recaudación
fiscal. Así nuevamente escuchamos del posible cese de pagos griego, que
golpearía a los grandes bancos alemanes y franceses, que son los más expuestos
a la deuda helénica, y las bolsas mundiales
se han derrumbado en jornadas sucesivas, apenas matizadas por tímidas
recuperaciones de los valores.
Hace
tres años, tras la caída de los grandes bancos, hubo grandes promesas de
cambios, mayor regulación y controles más estrictos. Sin embargo en lo
fundamental a tres años de la fatídica caída de Lehman Brothers, todo sigue
igual. Las modalidades de remuneraciones millonarias a los altos ejecutivos con
bonos sobre resultados y en acciones u obligaciones, que demostraron ser
mecanismos perversos, que estimulaban la mala evaluación de riesgo, y prácticas
contables para inflar resultados, siguen en pie.
“Por eso que el día 15 de septiembre marca un
antes y un después en la historia económica moderna. Es el día en el cual se
descorre el velo del engaño masivo del actual modelo económico, que expandió la
economía en base al crédito y la deuda. La burbuja financiera manejó a la
economía tanto por empujar al sector de la construcción a niveles récord, como
por desplegar un boom de consumo que arrastró la tasa de ahorro a cero. Es muy
curioso que hasta la quiebra de Lehman, nadie hablaba de deuda pública o deuda
privada, temas que vienen desde los años 80.”
Ahora todo el mundo habla de la deuda, “Esto no hace más que demostrar que el modelo resultó víctima de su propia receta: promover el endeudamiento hasta que la bola de nieve fuera tan grande que al deslizarse arrastrara a todo el mundo consigo para someterlo a un largo período de agonía. Algo que ya es oficial (lo dice el FMI, laOECD y otros): cada año será peor al anterior hasta al menos el 2015, y que tanto Europa como Estados Unidos se encaminan a un estancamiento severo.” (La gran paradoja: a tres años de la quiebra de Lehman Brothers todo sigue igual. Marco Antonio Moreno. 15 de septiembre de 2011)
En
los Estados Unidos, la degradación de la condición de la deuda fiscal del país de AAA a AA+ por la Agencia de
Calificación de Riesgo S&P, incluyó también el impasse político sobre el
aumento del límite de la deuda, que subrayó
no solamente el creciente volumen de endeudamiento del estado de la principal
economía del planeta, sino también las disfuncionalidades de su
institucionalidad política para hacer frente a este problema. En Europa se
agravan los temores de un futuro colapso de la moneda única, o al menos su
reestructuración.
A la
profundización de la crisis de la deuda en la zona euro, con el impacto sobre
los bancos europeos, hay que sumar los datos que apuntan a una recesión en
ciernes en los Estados Unidos, la desaceleración del crecimiento de China, el
estancamiento de la economía japonesa. Definitivamente la ‘Gran Recesión’, que
no ha podido ser superada completamente desde sus orígenes en 2007, se ha
profundizado hasta amenazar seriamente con la segunda fase de una recesión
global capitalista global.
La
crisis financiera europea ha dado lugar a la primera verdadera acción
concertada internacional, desde la crisis de la deuda de este verano europeo,
para inyectar liquidez en dólares a los mercados y reforzar a los bancos. Y por
primera vez los mercados de acciones ha pegado un salto de recuperación
importante, que sin embargo está lejos de recuperar las sucesivas pérdidas de
valoración de los títulos. Participan en esta acción el Banco Central Europeo,
la FED de Estados Unidos, junto con los bancos centrales de Suiza, Inglaterra y
Japón. Lo que demuestra los límites de los estados nacionales, o incluso de los
espacios regionales como la Unión Europea para hacer frente a las emergencias
financieras globales.
Sin
embargo, en el pasado los Estados Unidos aplicaron ya una política masiva de
‘Quantitative Easing (QE)’ o Flexibilidad Cuantitativa, lo que traducido en
palabras francas significa creación masiva de dinero. China siguió en esto a
Estados Unidos para mantener la relación del Dólar con el Yuan. La recuperación
de la Economía China – mientras la mayoría de las economías desarrolladas se
mantenían cerca del estancamiento -
sirvió para arrastrar a otras economías como un mercado gigantesco para sus
exportaciones. Esto alimentó la idea que China podría servir como la locomotora
para salvar a Europa, y en general al
mundo de una nueva caída en la recesión global.
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